The Death of Orlando Zapata - La muerte de Orlando Zapata


Dec 2, 2009
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Communiqué of Socialista Libertario on the death of Orlando Zapata
 
The recent death of Orlando Zapata after 85 days of hunger strike - demanding an end to the beatings he endured, the continuous moves from prison to prison, his right to the food his mother brought him, his right to wear a white robe recognizing his condition as a prisoner of conscience - demands taking a clear position, without ifs, ands, or buts, against the regime of the Cuban generalísimos, the Castro brothers. It means taking a position in support of his struggle and, above all, in support of his dignity that we feel even now after his death, because even this has been subject to censorship in the interests of the state. It means taking a thoughtful stand that could be the tip of the iceberg of an underground response to the Cuban regime, a regime that upholds and defends a cruel, Stalinist socialism, learned from its Russian, Albanian, and its current Chinese friends. The death of Orlando sadly reminds us of what happens in Cuba, that darling of the submissive left, when you dare to resist the regime: imprisonment, torture, and even death. No one may dissent from what the party and the State order.
 
Cynicism is the fruit of both fear and the weakness of this regime in crisis; it also reveals the division the country is experiencing. Cynicism, like that of the gangster from the political police who, as Orlando was dying, told his mother, Reinalda Luisa: “I have good news and bad news: the good news is that he is in the Ameijeiras Hospital, the bad news is that he is dying”.
 
Orlando Zapata answered them with his moral convictions and his unconquerable dignity. Because of them he died confronting the arrogance and impunity of the entire Cuban correctional, military, media and political establishment. The official Cuban media (Granma or Juventud Rebelde) have not allowed anything about Zapata’s death to be made public. Not even the cynical words of generalísimo Raúl Castro: “I regret his death, but in Cuba there aren’t any victims of torture, people have never been tortured, there was no execution. That happens in Guantanamo.” [The US military base.] The political police and the army have occupied the streets of Banes, Zapata’s home town, to prevent any type of public demonstration of dissent. Keeping control of a cadaver and of the human suffering caused by the death of a loved one reveals much about the fear felt by the regime for its immediate future. As we write these lines, another four prisoners of conscience and an independent journalist have gone on hunger strike. We extend to them our human solidarity and our warm regards.
 
As Zapata was dying, Brazilian president Lula was in Cuba, interviewing and embracing the Castro brothers. Zapatero at first lamented Zapata’s death (though without actually condemning it, echoing the manner of the Basque left when it comments on the ETA’s bombings) in a brief message and in a hurry to change the subject. A reading of the opinions of the craven defenders of the Cuban regime, so-called leftists, evokes moral and human revulsion. Some people, in their ideological delirium, will justify any atrocity.
 
Our solidarity and our hopes go out to the Cubans who in the coming years will search, in a groping fashion, for their liberation from a regime that has shown its true nature in the death of Orlando Zapata. Our hopes and our quest for freedom are for a true revolutionary socialism, a humane socialism that cannot be imposed by decree, one that is inseparable from the self-determination and free will of the people - the very opposite of the dictatorial brutality embodied in the regime of the Castro brothers.
 
Socialista Libertario Collective
Madrid, February 27, 2010. 13.00 hours
Translation Luis by Prat
  Comunicado de SL ante la muerte de Orlando Zapata

La reciente muerte de Orlando Zapata tras 85 días de huelga de hambre
para exigir que se acabasen las palizas que sufría, los continuos
traslados de prisión en prisión, se le diese la comida que le acercaba su
madre, se le reconociese con una bata blanca su condición de prisionero de
conciencia. exige una toma de posición neta y clara, sin peros ni excusas
contra el régimen de los generalísimos hermanos Castro. Tomar posición
sobre todo con su lucha, su dignidad que nos ha llegado después de su
muerte porque también aquí hay una cierta censura, la que interesa a los
poderes estatales y mediáticos. Tomar posición y reflexionar, porque ésta
puede ser sólo la punta del iceberg de una respuesta subterránea contra el
régimen cubano  que preconiza y defiende un socialismo stalinista y cruel,
como aprendió de sus amigos rusos, albaneses o los chinos actuales. La
muerte de Orlando tristemente pone en evidencia lo que ocurre en la tan
dorada Cuba de muchas izquierdas dominadas. En Cuba se encarcela, se
tortura, se mata por reatos de opinión. Nadie puede disentir de lo que
manda el partido y el Estado.

El cinismo es también fruto del miedo y la debilidad de este régimen en
crisis, pero expresa la división que vive el país. Cínicos como el
gangster de la policía política que cuando Orlando Zapata agonizaba le
dice a su madre, Reinalda Luisa: "Les tengo una noticia buena y una mala:
la buena es que está en el hospital Ameijeras; la mala es que se está
muriendo".

Orlando Zapata les ha contestado a través de una dignidad irreductible en
sus convicciones morales. Y por ello ha muerto frente a la prepotencia e
impunidad del conjunto del sistema carcelario, militar, periodístico y
político cubano. En Cuba los medios oficiales (Gramma o Juventud Rebelde)
no han dejado que se filtrase nada acerca de la muerte de Zapata. Ni
siquiera las cínicas palabras del generalísimo Raúl Castro: "Lamento su
muerte, pero en Cuba no existen torturados, no hubo torturados, no hubo
ejecución. Eso sucede en la base de Guantánamo." La policía política y el
ejército han tomado las calles de Banes, la localidad natal de Zapata,
para evitar cualquier tipo de manifestación pública de disidencia.
Custodiando un cadáver y el dolor humano ante la muerte de un ser querido,
se expresa mucho acerca del miedo que siente el régimen ante su futuro
inmediato. Mientras escribimos estas líneas otros cuatro presos de
conciencia y un periodista independiente se han puesto en huelga de
hambre. A ellos va nuestra solidaridad humana y cercanía.

Mientras Zapata moría Lula estaba en la Isla entrevistándose y abrazándose
con los hermanos Castro. Zapatero en un primer momento lamentó la muerte
(no condenó, al modo que la izquierda abertzale utiliza su retórica frente
a los atentados de ETA) en un mensaje fugaz y con prisa de cambiar de
tema. La lectura de artículos de opinión de los abyectos defensores del
régimen cubano, que se llaman de izquierdas, produce repulsión moral y
humana. Gentes que en sus delirios ideológicos justifican cualquier tipo
de atrocidad.

Nuestra solidaridad y esperanza va dirigida a las cubanas y cubanos que en
los próximos años buscarán de modo tortuoso y laberíntico su liberación
frente a un régimen que ha concentrado su verdadera naturaleza en la
muerte de Orlando Zapata. Nuestras esperanzas y búsquedas de liberación
son las de un socialismo revolucionario auténtico, un socialismo humano,
pero el socialismo no se decreta ni se impone, es inseparable de la auto
determinación y libre elección de las personas. Lo contrario de la
brutalidad dictatorial que expresa el régimen de los hermanos Castro.

Madrid 27 de febrero de 2010.  13,00 horas

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